En ocasiones, tenemos problemas orgánicos y buscamos una enfermedad donde no la hay.
La estructura ósea puede comprometer estructuras nerviosas alterando la información de ida y vuelta a los órganos, enviando sustancias incorrectas; si no se hace una revisión correcta, y se ataca sólo los síntomas, se puede agravar considerablemente el problema.
Un ejemplo lo da el siguiente enlace con las lesiones en el cuello.