A qué esperas
Para darte cuenta de que no eres perfecto pero eres genial.
Para aprender que debes equivocarte un millón de veces sin bajar la cabeza, sin reproches ni disculpas. A qué esperas para quitarte el corsé y respirar.
Para tatuarte en la frente: Hago lo que quiero porque me hace feliz.
A qué esperas para olvidar el móvil en casa, junto al reloj y los miedos y experimentar la libertad de perderte. Sí, deberías empezar a perder para luego aprender a ganar. Deberías soñar a lo grande; que de realistas, agoreros y vasos medio vacíos está lleno el mundo. Deberías abandonar la manía de castigarte en el rincón de pensar; que todos tenemos dramas latentes, monstruos debajo de la cama y algún demonio en el pecho.
A qué esperas para cortar por lo sano si ves que los parches que coses están destrozando el vestido. A qué esperas para pasar página. No te aburre leer siempre lo mismo? No te intriga saber que hay escrito más allá de la puñetera línea en la que estás anclado? Pasa página, cambia de libro, inventa una historia y ríete de tu sombra. Hazlo YA. No olvides que tu vida, tal y como la conoces, puede cambiar en media décima de segundo. No olvides que no vas a estar aquí eternamente. Que en cualquier momento esto se acaba, así, en un chasquido de dedos…
Así que a qué esperas para escribirle o para llamarle o para plantarte en su puerta. No esperes a que se alineen los planetas, a que te dé un ataque de valentía, a beberte una botella de ron o a sentir cómo la soledad te asfixia. Hazlo YA, porque si tú estás perdiendo el tiempo, otro lo esta ganando.
A qué esperas para tirarte a la piscina. Por Dios, con el calor que hace. A qué esperas para pasar más tiempo con la gente que importa y dejar de posponer planes para un futuro que no existe. Para qué quieres una vida si no es para vivirla. Para qué…
Escrito por María Caro
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